Comentarios a citas sobre educación
Pitágoras: Educar no es dar carrera para vivir, sino
templar el alma para las dificultades de la vida. En mi humilde caso, mi
padre hubiese querido que la carrera que deseaba llevara--Leyes, Derecho, Jurisprudencia-- la
ejerciera. La estudié completa, pero quise, además, aprender periodismo y como no había ninguna escuela en
México, excepto una particular y sin fundamentos académicos serios, la
"Septién", me las ingenié para que tanto la UNAM como el CANADA
COUNCIL, me dieran una beca por tres años, para estudiar en la primera
escuela de periodismo del mundo, la School of Journalism de Carleton
University, en Ottawa.
Mi padre nunca se opuso sino que me alentó, no obstante que me necesitaba en México para encargarme tareas editoriales, de investigación y de venta de libros a instituciones importantes, todo lo cual hice antes y después de mis estudios en el Canadá y en los Estados Unidos.
Anthony de Melo: Hay dos tipos de educación, la que te
enseña a ganarte la vida y la que te enseña a vivir.
En la "Educación de la Mugeres, (sic) La
Quijtita y su Prima", el distinguidísimo Joaquín Fernández de Lizardi,
el primer periodista y maestro popular, pionero, precursos del movimiento de la
Independencia: fue, también, el primer mexicano que escribió lecciones para las
mujeres.
Maruja Torres: El buen maestro hace que el mal estudiante
se convierta en bueno y el buen estudiante en superior. Sí, el
magisterio busca la excelencia y la extirpación de la ignorancia. Pero,
sobretodo, enseña valores éticos. Sin deontología, la escuela crea monstruosos
egoístas, corruptos, inhumanos, ladrones de la honra ajena, canallas.
Turgot: El principio de la educación es predicar con el
ejemplo. ¡Y allí tuerce la puerca el rabo y lo vuelve a torcer! ¿no?
Y aquí, abajo (mirando a la cámara) mi hijito, Thomas
Lívingston Benjamin, con sus condiscípulos, demuestra que también se aprende en
la escuela a bailar, cantar y a ¡¡¡ser feliz!!!
Nunca olvidaré el día en que su
querido profesor Panchito, dirigía la porra para animar al campeón goleador, a
Tom, a meter gol, con porras, aplausos y con entusiasmo, optimismo y alegría.
¡Y lo metió, y su escuela Miguel Alemán, ganó! Pues, su maestro, don Francisco,
es antes que nada, maestro de baile: y el baile folklórico es la raíz más
profunda de este pueblo que canta y baila aunque a veces no tenga ni trabajo,
ni comida, ni vivienda, ni madre, ni
padre, ni nada y, sí, mucho cabrones pésimos gobernantes. Y de estos ninis
provienen los jóvenes delincuentes. Sí, el querido don Panchito, enseña
con amor ( he presenciado como las niñas se forman en fila para darle un beso
en la mejilla, que es una bofetada con guante blanco para aquellos instructores
que no saben ganarse el cariño de sus discípulos)...
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